Hace tiempo mi abuelo nos decía: “la juventud se acaba con los jóvenes” y muy a mi pesar detesto que tenga tanta razón. Siendo un joven desperdicio el tiempo en cosas insignificantes, a veces inútiles (como escribir quizás), no lo se; pero lo que es cierto es que teniendo tiempo, la edad y estar, a comparación con mi tata, rebosante de energía malgasto mi oportunidad de disfrutar lo algo que no volveré a gozar en plenitud, y que además añoraré: la juventud. Él lo sabía y al vernos echados sin hacer nada, como no iba a darle rabia.
Tata, maldita sea! Tenías razón, un beso para ti que me vez de arriba…
PD: perdona por maldecir.
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